El Blog de Malo pa'l Agua

Marzo 13, 2015

[Al volante] – Parque Nacional Tolhuaca – Parque Conguillio

Filed under: Kombi — malopalagua @ 3:53 pm

Lo que fue un anhelo por años, ha sido cumplido, 2000 Kilómetros, visitas varias, nuevos amigos, panne eléctrica y pinchazo, todo incluido en este viaje a la IX región, en busca de uno de los parques nacionales más bellos de nuestro país.


Aprovechando un prolongado periodo de vacaciones, realice un viaje anhelado por mucho tiempo en donde proyectaba visitar a 3 amigos y por supuesto disfrutar de la magia del Parque Nacional Conguillio en compañía de mi familia. Como parte de lo imprescindible para tan largo viaje se encontraba lo siguiente:

– Repuesto: Poseía un nuevo neumático, pero faltaba montar en llanta
– Instalación de línea eléctrica para conexión a Dvd’s, considerando lo prolongado del viaje, la tripulación menor debía tener al menos un divertimento.
– Asiento trasero: Durante una semana y con la ayuda del respaldo de un antiguo asiento escolar logré cambiar el soporte de asiento trasero, el cual presentaba la problemática de que al montar las sillas de niños estas no quedaban bien sujetas, como así mismo el ángulo de inclinación provocaba que los niños al dormir terminarán con la cabeza sobre las piernas, en definitiva arreglo orientado al confort y seguridad.
– Calefacción, considerando que el sur se caracteriza por un clima cambiante, este ítem debía ser vuelto a recuperar sí o sí, considerando su utilidad para los inviernos venideros. El trabajo de joyería del maestro Juan Villa lo hizo posible.
– Carpa Impermeable, si bien equipe la kombi con una carpa de lona el verano pasado, esta claramente no soportaría un buen chaparrón, por ende gracias a la ayuda y asesoría de mi madre creamos una nueva carpa totalmente resistente al agua, con ello aseguraría que las maletas con la ropa no se humedeciera en caso de una lluvia.
– Cambio de Aceite, serían al menos más de 1000 kilómetros a recorrer, por ende el cambio de aceite era imprescindible, el problema fue que el embudo utilizado para tales efectos se descoloco de la manguera que iba al receptáculo de llenado, resultado, una mancha de aceite chorreó el portalón del motor, silenciador y lo peor una gran marca en el estacionamiento que debería limpiar al volver del viaje.
– Galletas, Jugo, Agua Mineral, imprescindible para viajes sin horario definido entre cada comida.

Día 1

Con fecha 17 de Febrero a las 12:30 nos hicimos a la ruta, con la primera parada Rio Claro, para almorzar en un restaurant de camioneros, que nos repuso las energías y nos permitió comunicarnos con el primer amigo a visitar, concertando la hora de llegada y dirección para llegar directamente a su taller.
Cercano a las 19:00 hicimos el arribo a la ciudad de Chillán en busca de Juan Fernando Sandoval, más conocido como KombiKamper, la finalidad saludarlo, conversar con él y ver en situ su trabajo, dedicación y amor por las kombis. La recepción junto a su esposa en su taller fue muy grata, detuvo sus labores, me mostró sus distintos trabajos, su taller de pintura, y con mucho orgullo los avances en su propia kombi que esta customizando como campers. Cabe señalar que Juan F. Sandoval, es el principal causante de muchas de las camperizaciones realizadas en este país, logrando un reconocimiento en el medio vw, por sus famosos sillones camas, camperizaciones interiores, techos elevables y por supuesto sus trabajos de desabolladura y pintura. En conversación con él, demuestra en cada mirada su pasión por las kombis, la búsqueda incesante de ideas para que su trabajo luzca lo más parecido al original, y por supuesto su perseverancia en ocasiones con el método ensayo y error para lograr el resultado esperado.

Para esta hora mis hijos se habían adueñado de una que otra herramienta, así como de los distintos chasis de kombis y con ello su ropa lucía el polvo propio de la masilla mágica. No puedo dejar de agradecer su recepción, el trato recibido y la ayuda con la logística para pernoctar en mi primera noche de vacaciones. Nos despedimos con la satisfacción de una parada necesaria y muy enriquecedora proporcionada por Juan y su señora Marta.

La hostería recomendada quedaba solo a 2 cuadras de la Catedral de Chillán, famosa por su arquitectura, la plaza fue el lugar ideal para que mis hijos estirarán sus piernas después de horas de viaje, es aquí donde tuve la oportunidad de encontrarme con una familia completa en su kombi, frente a la catedral, con la cual pude platicar por algunos minutos, ya que estaban prestos a abandonar Chillán, lamentablemente la vida nocturna era nula, por lo cual después de improvisar una once, no quedó más que ir a dormir, nos esperaba nuevamente la ruta con el sol del nuevo día.










Día 2-3

Ya para el día siguiente, un reponedor desayuno, volver a cargar maletas y cooler en la Kombi, para avanzar hacia nuestro próximo destino, la Araucanía. Después de estacionar en lugar no permitido logre capturar mi Kombi frente a la Catedral para proseguir el viaje sin novedades, hasta que mi señora aburrida de revisar su facebook y admirar el paisaje, me pidió el volante, aprovechando la “parada técnica” de uno de mis hijos, hicimos el intercambio de conductor cercano a Mulchén, para detenernos a almorzar en Collipulli, no fue hasta Victoria que volvimos a intercambiar de funciones, para proseguir con destino a Curacautín. Una vez en la plaza de armas de Curacautín, el acostumbrado descenso de la tripulación para estirar las piernas, disfrutar de la feria artesanal, y buscar información para definir donde pernoctar.

Después de las consultas de rigor, definimos viajar al camping de las Termas de Malleco, inserto en el Parque Nacional Tolhuaca, después de treinta y tantos kilómetros de camino de tierra y cercano a las 19:30 horas llegamos a nuestro destino. Una vez dentro, pregunté por lugar de registro y pago. Amablemente me indicaron que estaba siguiendo el camino, sin presagiar con lo que nos enfrentaríamos.

El camino a recepción consistía en una subida de unos 150 metros con elevada pendiente y con mucho material suelto, situación que provocó más de un patinazo por parte de mi kombi, una polvareda descomunal y un motor trabajando sobre las 4000 revoluciones, después de lograr subir y estando solo a 100 metros de la recepción la kombi se detuvo…

Comprenderán que con el atardecer encima lo primero en armar no fue la carpa si no que el overol, lo primero fue intentar volver a dar partida, sin resultados, por lo cual lo primero fue empujarla para sacarla del paso vehicular, por donde transitaban los vehículos que asistían por el día a las termas, llegando con esta hasta el estacionamiento del Restaurant, distante 50 metros de la recepción. Los minutos empezaron a correr, sin resultados, hasta que un turista llamado Roberto Soto se me acercó y ofreció su ayuda. Los minutos siguieron corriendo y con ello la noche no se hizo esperar. El diagnóstico, batería con carga, contacto ok, motor de partida logra hacer girar el motor, un fuerte olor a bencina con cada intento de partida (ahogada), por lo tanto el problema es que la kombi, no tenía chispa. Entre tanto Roberto en su vehículo, instaló a mi familia en el camping, armando la carpa y ayudando en lo necesario a mi señora e hijos. Después de las pruebas de rutina, inicie el cambio de rotor, tapa de distribuidor, para finalmente cambiar bobina ya que el cable de este no tenía chispa al dar contacto.

Cercano a las 23:30, baje mis brazos, guarde las herramientos, tomé algunos pertrechos necesarios y me fui al camping a dormir, con la inquietud de cómo solucionar el problema. Entrada la noche volvió Roberto en busca de su lámpara que gentilmente me proporcionó, compartimos una cerveza y me brindó optimismo ante el problema que nos aquejaba, en la medida que la conversación avanzó, entendí su filosofía, Roberto se desempeñaba como conductor de camiones, por lo cual quedar en la ruta es una situación a la que se encuentran expuestos a diario. Lo que restaba era dormir, el día había sido muy largo.

Al día siguiente, considerando la inexistencia de señal de telefonía móvil, me acerque a recepción con la idea de comunicarme con alguien en Curacautín en busca de ayuda, llámese mecánico o en su defecto una grúa. Sin convencerme de que mi fiel Nave nos dejara botado, volví a abrir su portalón de motor en busca de una solución. Grande fue mi sorpresa al empezar a revisar cable por cable y encontrarme con el conector del encendido electrónico desconectado, y claro no lo vi antes ya que este se encuentra recubierto con un forro de goma, que al moverlo sentí que en el interior algo no andaba bien. Sólo bastó volverlo a conectar para volver a la vida a mi Kombi y con ello dar aviso a Curaracutín que la ayuda ya no era necesaria. La cara de felicidad de mi señora e hijo al verme retornar en Kombi, siento que será difícil de olvidar, tanto para mí como para ellos. De Roberto Soto, no supe más, pero tengo la sensación que nos volveremos a encontrar…

Con el problema solucionado era el momento preciso para empezar el hermoso sol y entorno que el día nos regalaba, por ello subimos cerca de 10 kilómetros para entrar en el Parque Nacional Tolhuaca y empezar a disfrutar de dos rutas de trekking en busca del Salto de la Serpiente y la Cascada Malleco. Aquí debo reconocer la fortaleza de mi hijo mayor quien todo un explorador fue capaz de completar todo el circuito sin mayor ayuda, en el caso de mi hijo menor el sueño lo venció, situación que hizo que el paso fuera más expedito, pero por otro lado mis hombros quedaron resentidos. Ya de vuelta en el camping, con algunos dolores provocados por la caminata, fue el momento de disfrutar de unas ricas carnes a la parrilla, con las siempre indeseables chaquetas amarillas. Para terminar la tarde, el broche de oro, me refiero a un relajante baño Termal. Que sin duda fueron los niños quienes más lo disfrutaron. La ducha de rigor y una exquisita once al aire libre, marcaron el final de la tarde. Ya en la noche, el equipar de linternas a los niños y llevarlos al bosque en busca de ramas secas fue un verdadero deleite y este aumento aún más cuando realizamos una pequeña fogata, pero la felicidad no podía ser completa, hasta que mi mujer sacó una bolsa de malvaviscos (de halloween), para que estos derritieran y comieran a su antojo. Un día lleno de emociones había llegado nuevamente a su fin, por lo tanto el descanso nos aguardaba, mientras algunos seguían disfrutando de las termas hasta altas horas de la noche.






















Día 4

Nuevamente una soleada mañana nos dio el vamos para iniciar un nuevo día, después de un sabroso desayuno, el volver a las termas no se hizo esperar generando los berrinches y llantos asociados por parte de mis hijos al momento de salir. Después de la ducha de rigor, solo quedaba visitar el “Geiser”, en estricto rigor la fuente desde donde provenía el agua de las termas, con una caminata de 10 minutos llegamos al lugar en cuestión, pudiendo comprobar que a diferencia de otras termas (sobre todo las techadas), en donde se traslada el agua y se vuelve a calentar, en estas en particular el origen de la fuente estaba más cerca de lo que suponíamos.

Levantado el campamento, volvimos a la ruta, para realizar nuestra primera parada en Curacautín, tanto para almorzar como para aprovisionarnos. Ya en el centro de Curacautín, una nueva kombi, me hizo detenerme, sin percatarme que su propietario Mario Díaz, se encontraba en su interior, después del saludo, fotografías y conversación en cuestión, me indicó un gran lugar para almorzar y la invitación para que lo visitara en mi camino a Lonquimay. Fue así como después de un exquisito almuerzo, iniciamos nuestro camino despidiéndonos de Curacautín.

A la altura del kilómetro 69, no encontramos con Estacón Benedicto, propiedad de Mario Díaz, quien nos recibió en compañía de un matrimonio amigo, nos contó de su emprendimiento consistente en un Café y Hostal, a orilla de carretera en donde se ha intentado trastocar en lo más mínimo el entorno natural, un paisaje acogedor y que sin duda será un punto obligado para todos los viajeros. En una conversación que se prolongó más de lo habitual y que sin duda se hizo muy corta, me orientó con respecto a los distintos atractivos que debía visitar en mi viaje a Lonquimay. Un abrazo, fotografías e intercambio de datos selló nuestra despedida para proseguir.

La próxima parada fue el Salto del Indio, hermosa cascada, que nuevamente puso a pruebas mis hombros con el más pequeño de mis hijos. Ciertamente el tiempo nos jugaba en contra por ende quedaron muchos destinos en carpeta y nos enfocamos en llegar a destino, a la altura de Malalcahuello, la Kombi de Nativa Pizza, nos saluda al pasar. El camino avanza hasta la bifurcación entre la cuesta las Raíces y el túnel con el mismo nombre, allí nos encontramos con 2 kombis en una casa, a la cual me acerco para fotografiar, con la sorpresa que al menos una de estas la conocía. Mayor mi sorpresa al conocer al propietario, me refiero a Claudio Henríquez, con el cual como era de esperar entablamos una pequeña conversación y registramos las fotografías de rigor. El viaje prosiguió para un imperdible, nos referimos al Túnel las Raíces, construcción ferroviaria que data desde el 1939, con una longitud de 4528metros, el cual que por muchos años fue el más largo de Sudamérica y que por estos días solo presta servicios para el acceso vehicular. Después de pagar el peaje a su salida y recorrer alrededor de 20 kilómetros, arribamos a Lonquimay.

Encontrar un lugar para pasar la noche fue francamente un reto difícil de olvidar, ya que debido a una fiesta costumbrista, todas las hostales, residenciales se encontraban ocupadas o reservadas de antemano. Pero como reza el refrán “El que busca siempre encuentra”, logramos arrendar una cabaña, que ha decir verdad, por su relación precio calidad, no tenía nada que envidiarle a un hotel tres estrellas. Una buena once y baño, nos motivó a visitar la Plaza de armas de noche, para gastar las energías que aún quedaban.
























Día 5

El día se inició con un recorrido por la plaza de armas de Lonquimay, aprovisionamiento, carga de combustible y de aire a una rueda en particular, la cual sospechosamente se veía un poco más baja que las otras. A esta altura y según lo trazado originalmente la ruta a recorrer contemplaba pasar por paso internacional Pino Hachado así como por el Paso de Icalma, sin embargo, después de las indicaciones e información proporcionada por la oficina de Turismo, el trazado de la ruta cambio radicalmente.

Abandonamos Lonquimay, para iniciar un viaje por caminos de tierra, adentrándonos hacia la comunidad Quienquén, recorrido que nos llevaría por laguna Galletué y laguna Icalma. El primer tramo nos recibió con pendientes que buscaron altura en la medida que el camino se adentraba hacia el sur y con ello las primeras araucarias a orillas del camino, estas se fueron haciendo más numerosas en la medida que seguíamos avanzando, las paradas no se hicieron esperar para tratar de retratar toda la belleza del entorno, hasta encontrarnos con un cementerio de araucarias, productos de la tala indiscriminada o simplemente un incendio. No fue hasta cercano a la Comunidad Quienquén en donde estacionamos a orillas de un río para almorzar en un entorno natural, y en donde las indeseables chaquetas amarillas nuevamente fueron el invitado de piedra. Luego de recuperar energías nos hicimos a la ruta nuevamente, encontrándonos con la Laguna Galletué, con las fotografías de rigor y un descanso para ver un animada pichanga (partido de football), en donde ver el balón entre la polvareda que levantan los jugadores era todo un desafío, llegamos a la Laguna de Icalma, sobrecogidos por la belleza, evaluamos en quedarnos a acampar en dicho lugar, situación que lamentamos profundamente por no haberlo hecho, en fin, otra razón para volver ;). En búsqueda de un artesano llegamos a rincón de Icalma, en donde pudimos comprar una artesanía en Picoyo o Chuchín, sin duda un hermoso recuerdo de este hermoso lugar. El tiempo avanzaba y era tiempo de llegar a Melipeuco, destino definido para este 5to día.

Alejándonos de Laguna Icalma, nos adentramos en la Reserva Nacional China Muerta, sin darnos cuenta, el paisaje nos envolvió con quizás las araucarias más imponentes que encontramos en todo nuestro viaje, las fotos no se hicieron esperar, el camino a esta altura ya no tan solo era de tierra, si no que a este se le sumaba la calamina y tramos con mucha desnivel, hasta finalmente iniciar un largo descenso por una cuesta que une Melipeuco con Icalma, este fue el escenario casi surrealista donde me encontré con un amigo y socio de Kleinbus, me refiero a Leandro Fernández, quien junto a su novia Jasmín y una pareja amiga, se dirigían en dirección a Icalma, con la finalidad de llegar a Argentina. Conversación en la ruta, datos, recomendaciones, fotos, abrazos y derroche de felicidad de encontrar a otro soñador en un vehículo tan noble como una Kombi, para hacer de tus vacaciones un viaje inolvidable. Nuestros caminos se separaron y nuestro destino se veía cada vez más cerca desde el momento que volvimos a encontrar asfalto en la ruta. Ya en Melipeuco el recorrido habitual para encontrar el próximo lugar para pasar la noche, nos encontramos con un kombi abandonada, la que evidenciaba los duros inviernos a la intemperie. Luego de encontrar un lugar “acogedor” en una población, para pasar la noche, la ducha no se hizo esperar, totalmente necesaria para quitar todo el polvo acumulado en el día, en las afueras un viejo tractor hacia las delicias de los niños de la villa, y con ello nuevos amigos para mis hijos, quienes compartieron hasta que el sol se despidió.

















Día 6-7

El día de hoy era un gran día por fin llegaríamos al Parque Nacional Conguillio, para ello realizamos algunas compras y aprovisionamos de combustible la Kombi, fue allí donde me di cuenta que la baja de aire del neumático posterior había vuelto a ser evidente. Aprovechando, me dirigí a una vulcanización, entre las particularides de esta, se encontraba que tanto el hombre de la casa, como su mujer y su hijo mayor trabajaban en este oficio. Fue este último quien llevo a cabo el trabajo, con solo 12 años a cuesta, y con una promisoria carrera deportiva en lo que a atletismos se refiere, lo destacó y le envió un saludo desde estas simples líneas. Después de extraer un tornillito, solo me quedó pensar, después de tantos kilómetros recorridos este era mi primer pinchazo desde que monte estos neumáticos.

El comentario del bombero de la estación de servicio, empezó a rondar en mi cabeza -van al parque?, espero que lleguen hay una subida que esta malaza… Dicho comentario fue reforzado por los guarda parques al momento de pagar el ingreso al parque. Y en efecto, se les informaba a todos los vehículos sin tracción 4×4 que sólo se podía llegar a la Laguna Arcoíris, es decir, no se podía acceder al Lago Conguillio y con ello a los sectores habilitados para Camping. Al internarme en el parque por una vía de tierra que transitaba sobre la escoria de lo que fue una erupción del volcán Llaima, nos encontramos con el primer gran atractivo del parque, nos referimos a la Laguna Verde. Este fue el lugar ideal para almorzar, contemplar la belleza del lugar y escuchar las historias de muchos visitantes que no habían tenido éxito en llegar al lago. Siguiendo con el trayecto, nos detuvimos a admirar la ya famosa Laguna Arcoiris, con sus destellantes colores y bosques sumergidos, momento en donde pudimos comprobar lo gélido de sus aguas en nuestros pies.

Continuar era el próximo desafío, como era de esperar nos encontramos con la “famosa subida”, 100 metros serpenteantes con material suelto, curiosamente a la mitad de esta, un hombre sentado al borde del camino, en mi primer intento subí con toda la fuerza de la segunda marcha, hasta que la kombi me pidió bajar a primera, justo sobre la curva y donde más abundaban los desniveles y material suelto, solo quedo descender considerando además la presencia de un jeep 4×4 que venía descendiendo. En estos momentos se acerca este misterioso hombre a aconsejarme: “-solo suba en primera, aceleradita pero que no le saque la pata”, como todo consejo, lo tomas o lo dejas, en este caso lo tomé, junto con buscar esquivar la mayor cantidad de material logramos remontar esta pendiente. Cabe señalar que el ángulo de inclinación nunca fue un problema para los vehículos, si no sus desniveles provocados por haber quedados embancados y con ello todo el material suelto a raíz de lo mismo. Desde aquí en adelante el camino se internó entre un sotobosque de nirres, quila todo lo anterior coronado por araucarías. Sin duda un mágico paisaje en que las fotografías no se hicieron esperar. Nuestro destino cada vez más cerca no se hizo esperar, el Lago Conguillio, nos dio la bienvenida y con ello momento de que los niños disfrutaran lo que quedaba de la tarde en la playa, entre tanto reservamos el sitio de camping para empezar a disfrutar el estar allí.

La Administración del Parque Nacional Conguillio, hace algunos años atrás externalizó la administración de camping al interior de este, hoy por hoy, la empresa SENDA, es quién lleva a cabo esta labor. Como todo dicha administración posee sus aspectos positivos y negativos, quiero dar mi mirada en relación a lo vivido, en primera instancia, tenemos distintos tipos de precios por sitio, considerando las comodidades y ubicación del mismo, ya sea si eres mochilero, si deseas acampar con baños individuales o compartidos, así como en la restricción de horarios para el agua caliente o en su defecto si deseas mayor comodidad el arriendo de cabañas. Lo anterior posee una escala de precios que a todas luces priva a muchos visitantes a quedarse. Existen restricciones asociadas con el manejo de fuego, muy necesarios considerando los desastres provocados por turistas en otros parques, restricciones asociadas al uso de electricidad, considerando que esta es generada en el parque mismo, patrullaje constante por parte del personal a los sitios, servicio de recolección de basura y de entrega de información asociada a los deberes y restricciones que la administración posee. SENDA posee un restaurant, almacén y un stand para arriendo de bicicletas y artículos náuticos tales como kayak, botes y otros. De mi experiencia todo trabaja en forma correcta, solo puedo hacer algunos reparos en relación a los precios, el restaurant se transforma en una suerte de pub en la noche algo contradictorio para sus restricciones de uso de energía, el quizás sofisticar tanto la atención como las instalaciones anexas, resta la sensación de estar en un Parque y se tiene un raro dejo de estar en un barrio de pubs.

Ya instalados en el sitio, armamos nuestro campamento en un escenario mágico, nirres y araucarias velarían por nuestro descanso. Ducha, once y la noche volvía a ser nuestra aliada, dentro de las últimas provisiones compradas en Melipeuco, se encontraban un trozo de carne y pollo, los cuales a la parrilla se transformarían en el almuerzo del día siguiente, por restricción del parque, era imposible prender parrilla en los sitios, para tales efectos se habilita un fogón a partir de las 21:00 hrs. Con mi parrilla, mi carbón y carnes, me dirigí a dicho fogón, si bien no era el único, y en más de alguna ocasión trate de romper el hielo, solo me quedó compartir con los míos. Mientras asaba nuestra futura merienda, y al observar las parillas vecinas, no me quedó más que recordar una vieja película noventera, llamada “White Men Can’t Jump” (Los blancos no pueden Saltar), película de baloncesto en donde el caucásico no podía clavar un balón en la cesta, no por sus condiciones físicas si no que solo limitado por su color de piel. Y bien lo que me llevo a recordar dicho filme, fue mirar la cantidad e intensidad de carbón en una parrilla vecina, en donde, se “asaba” un costillar, a decir verdad ni el que preparaba ni el que asistía, parecían tener mucha claridad de lo que estaban haciendo, resultado un costillar sobre una plancha, con claros indicios de estar quemado y crudo en su interior, situación confirmada cuando lo empezaron a trozar. Y así como “Los blancos no saben saltar”, solo me quedo la idea de que “Los cuicos no saben Asar”. Con mi asado listo, y mi hijo menor cayendo en sueño profundo, nos fuimos a nuestro campamento a descansar.

Un bello amanecer con un sol que ya se nos hacía costumbre, nos llenó de energía para realizar uno de los tantos circuitos de trekking al interior del parque, me refiero a la Araucaria Madre. Con una marcha pausada, las detenciones necesarias para el descanso de los más pequeños, logramos llegar a la base de la Araucaria Madre. Imponente ejemplar con una data aproximada de 1800 años, un diámetro de 2 metros en su base y con una altura cercana a los 50 metros, si bien abajo de ella no se tiene la real relación de su envergadura, solo el viaje para llegar a ella es en esencia lo mágico del circuito, coigues, araucarias te acompañas a través del trayecto olvidando el sol abrazador para esas horas. De regreso, un merecido almuerzo y sobremesa, para disfrutar de una tarde en el lago. Previo a que se ocultara el sol, retornamos por una merecida ducha y la última merienda del día. Con la compañía de la Luna por algunas horas, un telón negro cubrió el cielo dejando entre ver uno de las más hermosas noches estrelladas de estas vacaciones, momento calmo para realizar unas bellas fotografías e irse a descansar.




























Día 8

Al despertar, levantamos campamento, tomamos un buen desayuno, para empezar a abandonar el parque, no sin antes visitar la Laguna Captrén, humedal que alberga el 80% de las aves del parque. Algunos kilómetros de viaje en nuestra Kombi, entre pendientes y camino de tierra, para lograr conocer esta laguna que empezaba a despedirnos del parque. El retorno con toda calma, solo fue interrumpida primero por el mal estado de la “famosa subida” que por el estado de ella, claramente nos hizo dudar el remontarla si hubiésemos llegado en la fecha actual. La segunda detención fue para visitar la cascada de Truful Truful al inicio del Parque, fotos de rigor y hacíamos abandono del bello Parque que nos albergó por dos días.

Abandonamos Melipueco, avanzando hasta la comuna de Cunco, para un sabroso almuerzo, ya solo bastaba empezar a cumplir con el anhelo de visitar a 2 amigos en Temuco, después de un contacto telefónico y con la solicitud de ayuda en la logística para pernoctar. Con las fotos de rigor a la Kombi de Turismo San Pablo, proseguimos nuestro viaje entrando a la ciudad de Temuco a través de Padre las Casas, después de algunas indicaciones, logré llegar al lugar indicado para pasar la noche. Una vez en destino, la sorpresas no dejaban de aparecer, esto debido a que la persona que prestaba el servicio de arriendo de la casa, era un activo socio de Beetlefriends Temuco, me refiero a Rodrigo Schneeberger (toti), con quien mantuvimos una animada conversación. Ducha de rigor, para realizar unas compras y empezar a esperar a estos amigos de Temuco.

Después de encender carbón y destapar algunas cervezas, solo llegó Javier Acuña, para luego sumarse Toti, conversación hasta largas horas de la noche, el broche de oro para un día largo de la última noche de estas inolvidables vacaciones y con ello la satisfacción de haber cumplido con todo lo anhelado para este viaje.










Día 9

Como era de esperar, después del desayuno, carga de enceres y la vuelta obligatoria por el centro de la ciudad en busca de los últimos recuerdos, llenado de estanque de combustible y se inició el retorno a casa. Con velocidad crucero de 90km/hrs, y con la enésima vez que los niños pedían ver “Bob Esponja Un héroe fuera del Agua”, tuvimos nuestra primera parada en el Viaducto Malleco, imposible no detenerse para tratar de fotografiarlo, aunque no estuviera permitido detenerse ;).
La revisión de Facebook y la sorpresa de saber que nuestro amigo y socio de Kleinbus, Nelson Villegas, en compañía de su familia se encontraba cercano a Los Ángeles, nos motivó a comunicarnos con el para celebrar un almuerzo en vuestra compañía. Nosotros distantes 50 kilómetros de los Ángeles, no tuvimos más que apurar a nuestra Kombi, para no hacerlos esperar de sobremanera, en un restaurant del famoso Salto del Laja, se celebró este almuerzo distendido, en donde compartimos experiencias de nuestras vacaciones. Después de una larga sobremesa nos volvimos a hacer a la ruta, cada uno por su camino, ya que Nelson viajaba en otro vehículo y que a todas luces tendría que estar limitado por la velocidad de mi kombi. Luego de la carga de combustible en la ciudad de Chillán, nuevamente mi mujer tomó el volante, alivianando las tediosas horas de manejo por la autopista, nuestra última detención servicentro de San Rafael al norte de Talca, detención necesaria para el relevo de conductor, una liviana merienda y recarga de combustible. Cercano a las 23:15, llegamos a nuestro hogar con la mitad de la tripulación dormida, la otra francamente agotada…





Finalizaron así unas inolvidables vacaciones, en donde después de algunos años se cumple muchos sueños, y se logra disfrutar de bellos días al aire libre en compañía de la Familia en mi noble y fiel Kombi.

6 comentarios »

  1. Sencillamente… ¡¡Maravilloso!! Preciosas fotografías, hermoso relato… Me faltan palabras para describir lo que siento. Mi hijo Leandro me había comentado de vuestro encuentro en la ruta por lo que me emocionó mucho verlo retratado en la foto que agregó en el día 5.

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    Comentario por MYRIAM TORRES ZAMORA — Marzo 14, 2015 @ 12:46 am | Responder

    • sra. Myriam, agradezco su comentario y por sobre todo si logré por algunos minutos transportarla, creo que me doy por pagado…un abrazo a su hijo

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      Comentario por malopalagua — Marzo 16, 2015 @ 2:53 pm | Responder

  2. Malo: Esta es una de las mejores notas.. Excelente relato, muy ameno . Mezcla turismo, lugares de Chile, la familia y VW

    Felicitaciones por tan buen viaje y mejores vacaciones

    (No me explico como esa …”cosa” llegó hasta allá)

    SBK

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    Comentario por La Gaceta de los Clasicos — Marzo 16, 2015 @ 10:55 pm | Responder

    • Muchas gracias por tus palabras, sabiendo que eres un asiduo a este blog, me enorgullecen vuestro comentario.

      ( Y esa “cosa” como la llamas seguirá sorprendiéndote, créeme )
      un abrazo

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      Comentario por malopalagua — Marzo 26, 2015 @ 3:44 pm | Responder

  3. ¡¡¡Gracias por llevarme a viajar e imaginar como sera mi viaje en mi nave.¡¡¡ Un gran abrazo y gracasias portan entretenido relato quedestaca la amistad y la familia.

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    Comentario por YoYa — Marzo 26, 2015 @ 2:53 pm | Responder

    • Agradecido por vuestro comentario, y si lograste imaginar tu futuro viaje, siento que no estará ni a la altura de lo que puedas vivir… espero poder leerte en un futuro cercano 😉

      gracias

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      Comentario por malopalagua — Marzo 26, 2015 @ 3:46 pm | Responder


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